Una nube es un hidrometeoro visible formado por la acumulación de cristales de hielo, gotas de agua microscópicas suspendidas en la atmósfera, o una combinación de ambas cosas, como consecuencia de la condensación del vapor de agua.[1] Generalmente de color blanco, puede oscurecerse al aumentar su espesor óptico, hasta volverse gris oscura casi negra.
Las nubes tienen una gran influencia en el sistema climático, más allá de las consabidas precipitaciones. Cumplen un rol fundamental en el ciclo del agua, la regulación de la temperatura media del planeta o la distribución de la energía solar.
La ciencia que estudia las nubes es la nefología, una rama de la meteorología centrada en la formación, composición, densidad, temperatura, evolución, movimiento, agrupación y clasificación de las nubes.
Aunque las nubes cambian constantemente de apariencia, en función de su forma, dimensiones, estructura, textura, luminancia y color, existe un número limitado de formas típicas frecuentes que permite agruparlas en un sistema general de clasificación dividido en géneros, especies y variedades de forma similar a como se clasifican los animales y plantas.