El nombre pelasgos (del griego antiguo Πελασγοί Pelasgoí, singular Πελασγός, Pelasgós)[1] fue usado por algunos escritores de la antigua Grecia para aludir a los pueblos predecesores de los helenos como habitantes de Grecia, «un término comodín para cualquier pueblo antiguo, primitivo y presumiblemente indígena en el mundo griego».[2]
En general, «pelasgo» ha llegado a aludir ampliamente a todos los habitantes indígenas de las tierras egeas y sus culturas antes de la llegada del idioma griego.[3] Esto no es un significado exclusivo, pero las demás acepciones exigen aclaración. Durante el periodo clásico sobrevivieron varios enclaves con este nombre en diversas localizaciones de la Grecia continental, Creta y otras regiones del Egeo. Estos pueblos identificados como «pelasgos» hablaban una o más lenguas que entonces fueron identificadas como ajenas al griego, incluso a pesar de que algunos autores antiguos describieran a los pelasgos como griegos. También sobrevivió la tradición de que grandes partes de Grecia habían sido una vez pelasgas antes de ser helenizadas. Estas partes solían caer en el dominio étnico que, para el siglo V a. C., fue atribuido a los hablantes del griego antiguo que fueron identificados como jonios.[cita requerida]
La clasificación de las lenguas pelásgicas, conocidas solo a través de elementos no griegos dentro del griego antiguo y detectables en algunos topónimos, incluso aunque el pelásgico no fuese una sola lengua, y la relación de los pelasgos con los helenos prehistóricos son antiguas cuestiones que no tienen respuestas definitivas. Este campo de estudio busca nuevas evidencias que llenen los huecos. Existen muchas teorías pasadas y actuales, algunas de las cuales están teñidas por cuestiones nacionalistas contemporáneas, que comprometen su objetividad.[4]
Durante el siglo XX, las excavaciones arqueológicas han desenterrado objetos en regiones tradicionalmente habitadas por los pelasgos, como Tesalia, el Ática y Lemnos. Los arqueólogos excavando en Sesclo y Dímini han descrito la cultura material pelásgica como neolítica; otros la han relacionado con culturas heládicas medias e incluso heládicas tardías como la micénica, donde el corpus de inscripciones breves ya está en una forma temprana de griego. Incluso la relación de pruebas arqueológicas materiales con la cultura lingüística ha sido puesta en cuestión por Walter Pohl y otros estudiosos modernos de la etnogénesis.[5][6]