Las plazas de toros son recintos cerrados, generalmente circulares y descubiertos, donde se celebran las espectáculos taurinos, como corridas de toros, corridas de rejones, corridas landesas, o pegas de forcados.[1] De construcción más moderna, también hay plazas de toros cubiertas.[2][3] Tienen su origen en la Europa antigua. Principalmente consiste en un anfiteatro cerrado de forma aproximadamente circular con graderías y servicios que rodean un espacio central donde se realiza el espectáculo taurino, llamado ruedo o redondel, un terreno de tierra batida (arena o albero).
También hay plazas de toros portátiles, construidas a base de una estructura metálica o de otro tipo para aislar un espacio y que se montan y desmontan tradicionalmente en pueblos y ciudades que no disponen de una plaza fija.[4][5]
Fuera de la temporada taurina se emplean además para albergar espectáculos musicales o culturales.