Pobreza y riqueza en el cristianismo

El juicio final, de Pieter Huys, ca. 1550. Las escenas del plano inferior, en el estilo pictórico de El Bosco[1]​ y siguiendo los mismos conceptos ideológicos y estéticos de las danzas de la muerte bajomedievales y otras representaciones del «triunfo de la muerte» (título de un famoso cuadro de Pieter Brueghel el Viejo) y del tema denominado Vanitas, reflejan cómo muchas almas no alcanzan la salvación a causa de distintos pecados, especialmente los vinculados al disfrute de los placeres terrenales, como son las riquezas. La desnudez de los cuerpos representa la igualdad de todos, ricos y pobres, ante la muerte y la vida eterna.

Pobreza y riqueza en el cristianismo han sido temas controvertidos desde los inicios de esa religión. Mientras algunos exégetas interpretan que la riqueza y el economicismo (especialmente el triunfante en el mundo occidental contemporáneo, fuertemente materialista) son opuestos a la doctrina cristiana,[2]​ y que incluso el llevar una vida acomodada (no sólo el lujo, sino todo lo que supere una vida sencilla) conlleva problemas de conciencia;[3]​ otros manifiestan la multiplicidad de puntos de vista cristianos sobre la riqueza,[4]​ que en ocasiones se ve como una ofensa a la fe (resultado de algún pecado, como alguno de los capitales —especialmente la avaricia— o la usura —equiparada al robo—), en otras como un obstáculo (la dificultad de que un «camello pase por el ojo de una aguja» se equipara a la de que «un rico entre en el reino de los cielos»)[5]​ y en otras como una consecuencia de la fe en sí misma (como ocurre en ciertas interpretaciones de la predestinación calvinista o en la teología de la prosperidad).[6]​ En cuanto a la pobreza, que a veces es vista como un castigo (tanto el genérico a toda la humanidad que trajo el pecado original, como el personal que pueda acarrear un comportamiento desordenado que cae en pecados capitales —gula, lujuria, pereza—), es más a menudo ensalzada como un valor (pobreza evangélica identificada con la del propio Cristo, consejo evangélico y voto de pobreza de las órdenes religiosas, incrementado hasta la mendicidad en las órdenes mendicantes, evangelio social, doctrina social de la Iglesia, opción preferencial por los pobres,[7]teología de la liberación). Está estrechamente vinculado a estas tendencias o puntos de vista, y en muy diferentes formas según la época, el concepto cristiano del trabajo.

Con anterioridad al establecimiento de la economía como una ciencia secularizada, el pensamiento económico se fue desarrollando en gran medida como una rama de la teología moral.[8]​ No debe confundirse la economía en el cristianismo o el pensamiento económico cristiano[9]​ con el concepto teológico denominado «economía de la salvación» o «economía divina».[10]​ Otra cuestión que ha suscitado fuertes debates e intereses enfrentados a lo largo de la historia es si la Iglesia debe ser pobre, o si las instituciones eclesiásticas pueden tener «bienes temporales».[11][12][13][14][15][16][17]

  1. La obra de este pintor tiene toda ella un fuerte componente moral en sus alegorías. El carro de heno suele interpretarse en relación con lo efímero de las riquezas, afanosamente disputadas por una multitud, y se supone que hace referencia a un versículo de Isaías: “Toda carne es como el heno y todo esplendor como la flor de los campos. El heno se seca, la flor se cae” (Isaías 40:6-7, citado en ficha en la web del Museo del Prado).
  2. Cobb, Jr., John B. «Eastern View of Economics». Archivado desde el original el 6 de septiembre de 2015. Consultado el 10 de abril de 2011. 
  3. Mahoney, Jack (1995). Companion encyclopedia of theology. Taylor & Francis. p. 759. 
  4. Catholic Encyclopedia, Use of wealth
  5. Mateo 19
  6. Miller, David W. "Wealth Creation as Integrated with Faith: A Protestant Reflection" Muslim, Christian, and Jewish Views on the Creation of Wealth April 23–24, 2007
  7. 1983 CIC, canon 222 §2. Option for the Poor, Major themes from Catholic Social Teaching, Office for Social Justice, Archdiocese of St. Paul and Minneapolis. Deus Caritas Est §22. Compendium of the Social Doctrine of the Church, Paragraphs 182-184. Fuentes citadas en Option for the poor
  8. Historia de la teología moral. Mercaba, Diócesis de Cartagena-Murcia.
  9. Catholic Encyclopedia, Political economy
  10. Conrad, A.C. The Divine Economy. Grand Rapids: Eerdmans, 1954. Fuente citada en Economy of Salvation
  11. Voltaire, Diccionario filosófico - Bienes de la Iglesia
  12. «Código de Derecho Canónico - Libro V - De los bienes temporales de la Iglesia (Cann. 1254 - 1268)». 
  13. Pedro Inguanzo y Rivero, El dominio sagrado de la Iglesia en sus bienes temporales: cartas contra los impugnadores de esta propiedad, 1813.
  14. Charles Maurice de Talleyrand-Périgord (prince de Bénévent), Honoré-Gabriel de Riquetti (comte de Mirabeau), Jacques Defermon (comte), Discursos sobre la propiedad de los bienes del clero pronunciados en la Asamblea nacional francesa en 1789, 1856.
  15. Manuel Payno, Tratado de la propiedad - Carácter de la propiedad eclesiástica
  16. Jaime Balmes, Observaciones sociales, politicas y económicas sobre los bienes del clero, 1854.
  17. Enciclopedia católica: "Propiedad eclesiástica", "Inventario de propiedad eclesiástica". Catholic Encyclopedia: "Ecclesiastical Property", Civil "Incorporation of Church Property". New Catholic Encyclopedia: "Church Property"

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