La históricamente denominada pornocracia es un término de origen italiano (aunque en realidad proviene del griego Πορνοκρατία, transliterado como Pornokratía), el cual se refiere a una forma de gobierno que se caracteriza por la fuerte influencia de las cortesanas en los asuntos públicos. Literalmente significa "gobierno de las cortesanas o de prostitutas".
Por extensión, el término se utiliza para designar a un gobierno corrupto y dado a favoritismo.
El término fue acuñado en el siglo XVI por el cardenal Caesar Baronius, y se refiere a una etapa de la historia de la Iglesia católica caracterizada por la influencia que ejercieron dos mujeres en el siglo X: Teodora, esposa del senador romano Teofilacto I, y la hija de ambos, Marozia, durante el papado de Sergio III, otro ejemplo de posible pornocracia no estilizada sería la influencia que ejercía Alicia Keppel hacia el rey Eduardo VII del Reino Unido, quien es hoy bisabuela de la reina Camila del Reino Unido, esposa del rey Carlos III.
El rasgo de la pornocracia no consiste en el intercambio de privilegios a cambio de favores sexuales, ya que este cambio es típico de cualquier relación entre un poderoso y su concubina. Tampoco es el papel político que la concubina puede ejercer a través de su influencia en los poderosos, porque éste también ha sido común a las esposas o amantes de los potentados a lo largo de la historia. La pornocracia es la capacidad de la concubina para crear un poder personal a través de su relación sexual con un gobernante, poder que sustituye a la misma autoridad de gobierno e, incluso, sobrevive al propio soberano.
La pornocracia es independiente del género y la orientación sexual de los protagonistas: también se puede desarrollar en el caso de las relaciones de poder entre mujeres y cortesanos o favoritos, y en el caso de las relaciones entre personas del mismo sexo.