La primera guerra judeo-romana, también llamada la gran revuelta judía (en latín Bellum Iudaicum; en hebreo המרד הגדול, ha-Mered Ha-Gadol), fue la primera de las tres principales rebeliones de los judíos de la provincia de Judea contra el Imperio romano (guerras judeo-romanas), y tuvo lugar entre los años 66 y 73 —la segunda fue la guerra de Kitos (115-117) y la tercera la rebelión de Bar Kojba (132-135)—. Comenzó en el año 66, a causa de las tensiones religiosas entre griegos y judíos.[2] Terminó cuando las legiones romanas, comandadas por Tito, en el año 70 asediaron y destruyeron Jerusalén, donde saquearon e incendiaron el Templo de Jerusalén, demolieron las principales fortalezas judías, especialmente Masada, en el año 73, y esclavizaron o masacraron a gran parte de la población judía.