El quilo[1] (del griego χυλός chylós, ‘jugo’) es un fluido corporal de aspecto lechoso, formado por lípidos en emulsión, que se produce en el intestino delgado del ser humano y otros vertebrados; sin embargo, no se debe confundir los términos de «quilo» y «quimo», ya que el quimo básico o alcalino es el que pasa por todo el intestino delgado y, una vez que este es absorbido a la circulación linfática por los vasos quilíferos, pasa a llamarse «quilo», como producto último de la digestión de las grasas contenidas en los alimentos.[2][3]