Un radomo, también conocido como rotódomo, es, en ingeniería de telecomunicación, el recubrimiento de una antena,[1] utilizado con el fin de protegerla, sin que ello afecte a sus propiedades electromagnéticas, siendo impoluto a las ondas de radio. Por ejemplo, en radares montados al exterior, en aviones, como en equipos estáticos, mejora y protege la instalación electromecánica y reduce el efecto del viento, lluvia, granizo, nieve, es decir, de los efectos ambientales.
Otra de las funciones del radomo es ocultar la antena de la vista o proteger a los operarios, en caso de que la antena gire a alta velocidad.