El rayo globular, también conocido como relámpago esférico, centella, rayo en bola, rayo esférico o esfera luminosa, refiere a un fenómeno eléctrico atmosférico no explicado y potencialmente peligroso. El término se refiere a informes de objetos esféricos luminiscentes que varían desde el tamaño de un guisante hasta varios metros de diámetro. Aunque generalmente se asocia con tormentas eléctricas, el fenómeno dura considerablemente más que la fracción de segundo de un rayo. Dos informes[1][2] del siglo XIX dicen que la esfera finalmente explota, dejando un olor a azufre.
La existencia real de los fenómenos de rayos globulares está probada, pero aparecen en una variedad de registros a lo largo de los siglos. Hasta la década de 1960, la mayoría de los científicos trataban escépticamente los informes de rayos globulares, a pesar de los avistamientos en todo el mundo. Los experimentos de laboratorio pueden producir efectos que son visualmente similares a los informes de rayos globulares, pero la forma en que se relacionan con el fenómeno natural sigue sin estar clara.
Los científicos han propuesto muchas hipótesis sobre los rayos globulares a lo largo de los siglos. Los datos científicos sobre los rayos globulares naturales siguen siendo escasos, debido a su poca frecuencia e imprevisibilidad. La presunción de su existencia depende de avistamientos públicos notificados, que han producido hallazgos algo inconsistentes. Debido a inconsistencias y a la falta de datos de confianza, la verdadera naturaleza de los rayos globulares sigue siendo desconocida.[3]