La regla benedictina o regla de san Benito es una regla monástica que Benito de Nursia escribió a principios del siglo VI, destinada a los monjes. El libro de preceptos fue escrito en el año 516[1] para monjes que vivieran comunalmente bajo la autoridad de un abad.
El espíritu de la regla de san Benito se resume en el lema de la Confederación Benedictina: pax ('paz') y el tradicional ora et labora ('ora y labora'). Comparado con otros preceptos, la regla ofrece un camino moderado entre el celo individual y el institucionalismo formulaico; gracias a que representa este punto medio ha sido inmensamente popular. San Benito estaba preocupado al crearla por las necesidades de los monjes en un ambiente de comunidad, en particular, establecer el orden requerido, fomentar una comprensión de la naturaleza relacional de los seres humanos y brindar un padre espiritual que apoye y fortalezca el esfuerzo ascético individual y el crecimiento espiritual que se requiere para la culminación de la vocación humana, theosis.
Los Benedictinos han usado la regla durante quince siglos, y por esto san Benito es considerado a veces como el fundador del monasticismo occidental a raíz de la influencia reformista que sus reglas tuvieron en la jerarquía católica contemporánea.[2] Con todo, no hay evidencia que sugiera que Benito hubiera intentado fundar una orden religiosa en el sentido moderno y no fue hasta la Baja Edad Media cuando aparecieron menciones de una «Orden de san Benito». Su Regla fue escrita como una guía para comunidades individuales y autónomas, y todas las Casas Benedictinas (y las congregaciones en las que se han agrupado) se mantienen autogobernadas hasta hoy. Las ventajas observadas en mantener este énfasis benedictino único en la autonomía incluyen las de cultivar modelos de comunidades y estilos de vida contemplativos con vínculos muy estrechos. Las desventajas percibidas incluyen las del aislamiento geográfico de actividades importantes en comunidades adyacentes. Otras pérdidas incluyen la ineficiencia y la falta de movilidad en el servicio a otras personas, y un atractivo insuficiente a miembros potenciales. Estos énfasis diferentes surgieron dentro del marco de la Regla en el curso de la historia y están presentes en alguna medida dentro de la Confederación Benedictina y las Órdenes Cistercienses de la Común Observancia y la Estricta Observancia.