Religiosidad popular es un concepto de las ciencias sociales en el ámbito religioso, especialmente de la antropología de la religión, de la sociología de la religión, la historia de las religiones y otras ciencias de la religión. A veces se utiliza de forma intercambiable otras expresiones, como la de piedad popular, que de forma estricta no son del todo equivalentes.
Se identifica con la forma en que vive la religión, el pueblo entendido como pueblo llano; en oposición terminológica con la religiosidad oficial, que es la de las élites, los intelectuales y la jerarquía eclesiástica. Algunas de las manifestaciones de la religiosidad popular pueden ser consideradas como supersticiones por la religiosidad oficial.
Las diferencias entre ambas religiosidades son esencialmente dos:[1] que la oficial considera de la máxima importancia la hierofanía fundacional (la manifestación de lo sagrado) mientras que la popular se centra en las prácticas rituales y en la forma de mantener una relación propiciatoria con las entidades sobrenaturales; y que la oficial se transmite mediante mecanismos de socialización internos de las instituciones religiosas (como el reclutamiento del clero, los seminarios y otras instituciones de enseñanza religiosa reglada, que llegan a todos los niveles —catequesis, escuela dominical—) mientras que la popular lo hace en el ámbito familiar y local mediante vivencias colectivas de todo tipo (tradiciones populares, festividades, peregrinaciones, romerías, procesiones, ritos de paso —entre la vida y la muerte y los distintos estados o edades—, elementos de la vida cotidiana —gastronomía, indumentaria, etc.—).[2] También podemos considerar que la religiosidad popular es una manifestación de la fe vivida de cada persona y que no podemos considerar que sea negativa en cuanto que solo cada uno puede responder de sí mismo y su creencia.