Las residencias reales son las casas de los miembros de la familia real en los países cuyo régimen político es la monarquía. Se consideran residencias reales a los lugares donde habitan, trabajan o mantienen como casas de verano, de recreo o con propósitos especiales el Rey o la Reina en el poder (quien representa la jefatura de Estado), su consorte y su descendencia directa, sus hijos, los príncipes y princesas.
Puede tratarse de residencias privadas, donde habitan los miembros de la familia real; de residencias oficiales, donde tienen sus oficinas o sirven para recepciones o visitas oficiales; de residencias de verano, de vacaciones o para usos especiales; o de residencias históricas, que estaban habitadas por los miembros de la familia real en el pasado, pero ya no. Generalmente se trata de palacios y palacetes ubicados en la capital del país y en otras ciudades, que la Casa real ha obtenido o mandado construir a lo largo de su historia. Estos palacios, generalmente de grandes dimensiones, disponen de muchas salas, habitaciones privadas, salones de fiestas, de banquetes, de música, galerías, y están predispuestos en un cuerpo central y una o dos alas laterales. Además tienen amplios y bellos jardines, o hasta un bosque de caza.
En algunas monarquías, la mayoría de las residencias están abiertas al público (excepción es la residencia privada); ya sea todo el año cuando el monarca no se encuentra presente. Cuentan con interesantes museos relativos a la historia de la Casa real o de la monarquía en general. Además se pueden visitar los jardines, algunas salas o salones y, en su caso, las sepulturas de los monarcas anteriores.
En España las residencias reales están enmarcadas en los Reales Sitios.