Rocinante es el nombre del caballo de Don Quijote en Don Quijote de la Mancha, novela en la que su autor lo presenta así: «Cuatro días se le pasaron en imaginar que nombre le pondría... y así después de muchos nombres que formó borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre a su parecer alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue “rocín, antes” de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo» (es decir «piel y huesos»), pero al que Don Quijote aún seguía viendo como «mejor montura que los famosos Babieca del Cid y Bucéfalo de Alejandro Magno».[1][2]