Existen tres maneras de enfocar una democracia multipartidista y bipartidista:
Bipartidismo: cuando dos partidos políticos de ideologías opuestas absorben la mayoría abrumadora de los votos, dejando espacio escaso a otros partidos. En este sistema, los partidos minoritarios suelen ser regionalistas o de ideologías extremistas. Los ejemplos más claros los encontramos en Estados Unidos (Demócratas y Republicanos).
Polipartidismo: donde varios partidos políticos (de 4 a 8, normalmente) se reparten los escaños, estando obligados a realizar coaliciones u otras formas de alianzas para alcanzar el poder. Este sistema es quizá más realista en el sentido de expresar la ideología de los ciudadanos, pero trae consigo mayor riesgo de que ideologías antidemocráticas alcancen el gobierno. Algunos ejemplos son Alemania, Israel e Italia.
Centrismo: Entre varios partidos políticos hay uno de centro que obtiene la mayoría de los votos, pero que generalmente ha de realizar coaliciones con el resto de partidos que adquieren más o menos votos según las tendencias del momento.