El socioliberalismo o liberalismo social (también conocido en Estados Unidos y Canadá como liberalismo moderno, en España como liberalismo progresista y en Reino Unido como nuevo liberalismo),[1] es una corriente del liberalismo que, siguiendo en sus inicios a Juan Álvarez Mendizábal y más posteriormente a John Stuart Mill, coloca en el centro de su pensamiento el desarrollo interno y material de los seres humanos pensando en su interacción social.[2][3]
Las ideas y los partidos liberales sociales tienden a ser considerados de centro a centroizquierda, aunque existen desviaciones de estas posiciones tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. Abordar cuestiones económicas y sociales, como la pobreza, el bienestar, la infraestructura, la atención médica y la educación mediante la intervención del gobierno, al tiempo que se enfatizan los derechos individuales y la autonomía, son perspectivas de un gobierno socioliberal. En el discurso político moderno, el liberalismo social se asocia con el progresismo, un liberalismo de izquierda en contraste con el neoliberalismo de tendencia derechista, y combina el apoyo a una economía mixta con el liberalismo cultural.[4]
En lo político, su ética se opone al autoritarismo y busca involucrar a los seres humanos en el proceso de toma de decisiones, de ahí el énfasis en la democracia. En lo económico propone una intervención moderada del Estado en la economía que castigue la formación de monopolios y la consolidación de intereses monopolísticos para conseguir una verdadera libertad de mercado. Los socioliberales son críticos con el socialismo real, debido a su pretensión de socializar la economía, que, según ellos, cae en el paternalismo, coarta la libertad de comercio y genera ineficiencia económica e injusticia social, no así con otras corrientes moderadas del socialismo, como por ejemplo la socialdemocracia. Según los socioliberales la función del Estado es la de garantizar la igualdad de oportunidades, fomentando el desarrollo personal y la libertad de todos los ciudadanos, pero en ningún caso la de sustituirlos en la toma de decisiones.
El socioliberalismo nace como corriente progresista del liberalismo clásico, e introduce el concepto de justicia social y la democracia liberal en su programa de reformas. Es una teoría de origen europeo basada en corrientes racionalistas ilustradas relacionadas, sobre todo, con Kant. Más allá, se pueden encontrar raíces en los orígenes del iusnaturalismo en Tomás de Aquino y Francisco Suárez, en la Escuela de Salamanca, y en el humanismo renacentista.