La syrah, también conocida como shiraz, es una uva tinta que se cultiva en todo el mundo y se usa sobre todo para producir vino tinto. Un análisis de ADN de 1999 descubrió que la syrah era descendiente de dos uvas oscuras del sureste de Francia, la dureza y la mondeuse blanche.[1] La syrah no debe confundirse con la petite sirah, que es un sinónimo de la durif, un cruce entre la syrah y la peloursin que data de 1880.
El estilo y el perfil de sabores de los vinos hechos de syrah está influenciado por el clima donde se cultivaron las uvas. Los climas moderados (como los del norte del valle del Ródano y partes de la AVA Walla Walla del estado de Washington) tienden a producir un vino de cuerpo medio-completo y con niveles medio-altos de taninos, así como sabores a mora, menta y pimienta negra. En los climas cálidos (como los de Creta, San Juan en Argentina y el valle de Barossa de Australia) los vinos son más consistentes, con cuerpo completo, taninos más suaves y notas a fruta amermelada, especias, anís y tierra. En muchas regiones, la acidez y los niveles tánicos de la syrah le dan mayor capacidad de envejecimiento.[2]
La syrah es usada para vinos monovarietales y también para multivarietales. Tras unos años de plantaciones intensivas, en 2004 la syrah se convirtió en la séptima uva más plantada, con un total de 142.600 ha.[3] Se puede encontrar en todo el mundo, especialmente en Argentina, Francia, Chile, Sudáfrica, la Hawke's Bay de Nueva Zelanda, Baja California, California, el estado de Washington y varias regiones australianas como Barossa, Coonawarra, el valle de Hunter, el río Margaret y el McLaren Vale.[2]