Talmud | ||
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Basado en | Tanaj y Mishná | |
Contenido | ||
El Talmud (hebreo: תַּלְמוּד [talmūd], «instrucción, enseñanza») es una obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y dichos, parábolas, historias y leyendas. Es un inmenso código civil y religioso, elaborado entre el siglo III y el V por eruditos hebreos de Babilonia y la Tierra de Israel.[1]
Existen dos conocidas versiones del Talmud: el Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushalmi), que se redactó en la provincia romana llamada por entonces Siria Palestina,[2] y el Talmud de Babilonia (Talmud Bablí), que fue redactado en la región de Babilonia, en Mesopotamia. Ambas versiones fueron redactadas a lo largo de muchos siglos por generaciones de eruditos provenientes de muchas academias rabínicas establecidas desde la Antigüedad.
El valor numérico del nombre YeHOShuA (יהושע, Joshua), más cinco unidades para cada letra en el nombre, es igual a 396. Del mismo modo, la palabra MiShNaH (משנה, Ley Oral; literalmente, "repetición"), más unidad para toda la palabra, es igual a 396. Joshua, el estudiante principal de Moisés, significa el Libro de Deuteronomio, que a veces se llama Mishneh Torah, ya que repite muchas de las leyes de la Torá. El Libro de Deuteronomio continuamente exhorta a los judíos a fortalecerse en el servicio de Dios, no a aflojar sus devociones. Esta es la devoción de Joshua, el estudiante: inculcar en otros las enseñanzas de su maestro para motivarlos a servir a DiosNajman de Breslav, Likutey Halakhot III
Para el judaísmo son importantes tanto la tradición oral como la tradición escrita. Conocidos como la Ley Escrita, la Torá y el Talmud, tienen su origen último en tradiciones orales.[3] Habiendo sido compilados, redactados y escritos, conforman la tradición escrita del judaísmo, si bien varios conceptos expresados en el Talmud de un modo evidente provienen de hagadot y midrashim, es decir, relatos y narraciones propios de la tradición oral hebrea. El Talmud extiende, discute, cuestiona, explica y complementa al Tanaj, pero no puede, por definición, contradecir a la parte más importante o esencia de la misma, a la Torá.[4]