Los templos virreinales de Ayacucho forman uno de los conjuntos monumentales, arquitectónicos y religiosos muy importantes del periodo virreinal en América. Cada uno de estos templos poseen peculiaridades que las hacen distintas unas de otras. Hechos mayoritariamente en estructura piedra y mortero y techos en bóveda corrida, muestran la religiosidad y estilo propio de la ciudad. Las fachadas son generalmente de estilo barroco. Los interiores están decorados con motivos religiosos hechos en pan de oro, en altares interiores en ofrenda a un santo en particular, muestra de una auténtica escuela ayacuchana de retablistas.[2] Muchos viajeros llegan a visitar dichos templos en especial en la época de Semana Santa.
Los templos son administrados por la Arquidiócesis de Ayacucho.