The Yellow Wallpaper | ||
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de Charlotte Perkins Gilman | ||
Género | Cuento | |
Subgénero | Narrativa de cautividad | |
Tema(s) | Salud mental | |
Edición original en inglés | ||
Título original | The Yellow Wallpaper | |
Editorial | The New England Magazine | |
País | USA | |
Fecha de publicación | 1899 | |
The Yellow Wallpaper (en español: "El papel de pared amarillo" o "El papel amarillo") es un cuento de 6000 palabras obra de la escritora norteamericana Charlotte Perkins Gilman, que fue publicado por primera vez en enero de 1892 en The New England Magazine.[1] Es considerado una importante obra seminal de la literatura feminista norteamericana, e ilustra las actitudes en el siglo XIX con respecto a la salud de las mujeres, tanto en su aspecto físico como mental.
Escrito en primera persona, la historia es un conjunto de anotaciones en su diario escritas por una mujer cuyo esposo médico (John) ha alquilado una mansión antigua para pasar el verano. Descartando otras habitaciones en la casa, la pareja se instala en el cuarto de niños en la planta alta. Como una forma de tratamiento a la mujer sin nombre se le prohíbe trabajar, y se la alienta a que se alimente correctamente y a realizar mucho ejercicio y estar al aire libre, de forma que ella pueda recuperarse de lo que su esposo denomina una "depresión nerviosa temporal– una ligera tendencia histérica", un diagnóstico común para las mujeres de esa época.[2][3] Ella esconde su diario de su esposo y la hermana de su esposo la casera, temerosa de que se le reproche que ha estado trabajando en demasía. Las ventanas del cuarto se encuentran con barrotes para prevenir que los niños se encaramen a las mismas, y existe un portoncito en la parte superior de la escalera, a pesar de que ella y su esposo tienen acceso al resto de la casa y sus terrenos.
La historia presenta los efectos de la falta de estimulación sobre la salud mental de la narradora y cómo esta desarrolla una psicosis. Sin nada que la estimule, se obsesiona por el diseño y el color del papel de la pared. "Ese papel de la pared, tiene el tono amarillo más extraño! Me hace pensar en todas las cosas amarillas que he visto en mi vida – no las cosas hermosas como por ejemplo los botones de oro, sino cosas amarillas viejas echadas a perder. Pero ese papel tiene algo particular, su olor! ... La única cosa que se me ocurre parecida es el color del papel! Un olor amarillo."[4]
Al final, se imagina que hay mujeres arrastrándose por entre los dibujos del papel del muro y llega a creer que ella es una de esas mujeres. La protagonista se encierra en la habitación, el único sitio en el cual se siente segura, negándose a dejarlo una vez que concluye el alquiler por el verano. "Porque afuera debes arrastrarte por el suelo, y todo es verde en vez de amarillo. En cambio aquí puedo arrastrarme fácilmente por el piso, y mi hombro calza perfectamente en un extenso contacto íntimo con la pared, por lo que no puedo perderme."[5]