Tiresias

Tiresias aparece ante Odiseo durante el sacrificio, Heinrich Füssli, 1780-85, Graphische Sammlung der Albertina (Viena).

En la mitología griega, Tiresias (en griego, Τειρεσίας / Teiresías) fue un adivino ciego de la ciudad de Tebas; fue uno de los dos adivinos más célebres: el otro fue Calcas. Se lo considera hijo del pastor Everes[1]​ y de la ninfa Cariclo, y descendiente del esparto Udeo.[2]​ A Tiresias se le asocian varias hijas, también reputadas mánticas: Manto[3]​ y Dafne,[4][5]​ si es que ambas no se tratan del mismo personaje. Históride, otra hija de Tiresias, engañó a las brujas enviadas por Hera para evitar el alumbramiento de Alcmena.[6]

Tiresias es un adivino que aparece en todos los fragmentos mitológicos relacionados con Tebas, desde la época de Cadmo hasta la expedición de los Epígonos: fue Tiresias quien aconsejó que se entregara el trono de la ciudad al vencedor de la Esfinge y, más tarde, sus revelaciones conducirán a Edipo a descubrir el misterio que rodeaba su nacimiento y sus involuntarios crímenes. También aparece este adivino en el Canto XI de la Odisea: el héroe Odiseo, con el fin de averiguar las circunstancias en que se desarrollara su regreso a Ítaca, viaja al Hades para consultar al espíritu de Tiresias.

Tiresias era ciego desde joven. Según las versiones, su ceguera fue causada por la diosa Atenea (que lo castigó por haberla sorprendido mientras se bañaba) o por la diosa Hera (tras mediar en una disputa sobre el placer que tenía con Zeus), aunque en ambos casos le fue concedido en compensación el don de ver el futuro. En la última versión, narrada por el autor latino Ovidio en su obra Las metamorfosis, Tiresias sorprendió a dos serpientes apareándose, las separó matando con su bastón a la hembra y, a raíz de esto, se convirtió en mujer. Siete años más tarde, Tiresias volvió a ver a las mismas serpientes en las mismas circunstancias, volvió a golpearlas con su bastón para separarlas matando a la serpiente macho, y al hacerlo se convirtió nuevamente en varón. Esta experiencia única hizo que Zeus y Hera recurrieran a él como árbitro en una discusión sobre quién experimentaba más placer sexual, si los hombres o las mujeres. Cuando Tiresias afirmó que el hombre experimenta una décima parte del placer que la mujer, Hera, indignada por haber revelado su secreto, lo castigó dejándolo ciego. Zeus, sin embargo, le otorgó el don de la profecía y una larga vida.

El significado esencial de la figura de Tiresias reside en su papel de mediador: por sus dotes proféticas, media entre los dioses y los hombres; por su condición andrógina, lo hace entre hombres y mujeres; y por la excepcional duración de su vida, entre los vivos y los muertos.

El personaje reaparece en la literatura europea en su doble carácter de profeta y de andrógino desde el Edipo rey de Sófocles (425 a. C.) hasta nuestros días.

  1. Everes: Εὐήρους o Εὐήρης.
  2. Calímaco: Himno V, 56 (El baño de Palas); Apolodoro: Biblioteca III 6, 7.
  3. Boccaccio (2003). De mulieribus Claris. Harvard University Press. ISBN 9780674011304.
  4. Diodoro Sículo: Biblioteca histórica, IV, 66
  5. Dafne: Δάφνη / Dáphnē.
  6. Pausanias, Descripción de Grecia IX 11, 3

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