Traducciones de la Biblia

Página de la Biblia alfonsina donde se narra el nacimiento de Jesús
Página de la Biblia alfonsina donde se narra el nacimiento de Jesús

Las traducciones de la Biblia han sido numerosas: a 450 lenguas de forma completa y a más de 2000 de forma parcial, lo que convierte la Biblia en el libro (o conjunto de libros) más traducido de la historia.[1]​ Algunas de ellas han sido trascendentales para el desarrollo de las lenguas y las culturas en que se dieron.

Las primeras traducciones bíblicas comenzaron en el mismo amplio periodo en que sus libros se fueron redactando: el texto masorético en hebreo, los tárgum en arameo y la traducción al griego denominada Biblia de los Setenta (siglo III a II a. C.), que se realizó de los textos originales que componen la Biblia hebrea del judaísmo (Antiguo Testamento para el cristianismo). Los textos del Nuevo Testamento fueron escritos directamente en griego. Esa versión sigue siendo utilizada directamente en buena parte de la cristiandad oriental (iglesia ortodoxa), además de las traducciones de la Biblia a las lenguas eslavas (desde la traducción al antiguo eslavo eclesiástico de Cirilo y Metodio, 863) y otras en distintos ámbitos lingüísticos, algunas de las cuales se cuentan entre las más antiguas (Diatessaron de Taciano en siríaco, ca. 170, traducciones coptas, etíopes, el Codex Argenteus del godo Ulfilas, siglo VI, etc.)

Aunque hay traducciones anteriores (las llamadas Vetus Latina), la traducción al latín de San Jerónimo (denominada Vulgata, 382) fue la dominante en la cristiandad occidental hasta la reforma protestante (siglo XVI), y continuó siéndolo en el catolicismo hasta la Edad Contemporánea.[2]​ La crítica filológica del humanismo buscaba la obtención de traducciones depuradas (Biblia políglota complutense impulsada por el cardenal Cisneros, 1514-1522, Textus Receptus iniciado por Erasmo, 1516-1522, continuado por Beza, 1565-1604, Biblia regia o Políglota de Amberes, de Arias Montano, 1568-1572, etc.)

Coincidiendo con la Edad de Oro del islam (siglos VIII al XIII) hubo traducciones de la Biblia al árabe tanto en el Próximo Oriente como en la España musulmana (realizadas por mozárabes).

A finales de la Edad Media ya habían aparecido traducciones totales o parciales de la Biblia a las lenguas vulgares romances y germánicas. Las primeras traducciones de la Biblia al castellano son las llamadas prealfonsinas, que preceden a la denominada Biblia alfonsina (1260-1280) incorporada en la General estoria de Alfonso X el Sabio. Por la misma época se produjeron la primera traducción de la Biblia al portugués (la Biblia de don Dinis, patrocinada por el rey Dionisio I de Portugal) y la primera traducción de la Biblia al catalán, denominada Biblia de Montjuich (patrocinada por Alfonso III de Aragón en 1287, sobre una preexistente versión francesa). La Biblia Valenciana (de Bonifacio Ferrer, comienzos del siglo XV) fue uno de los primeros libros impresos en España (en 1478). Unos años antes, en 1471, había aparecido la primera Biblia impresa en italiano (traducción de Nicolò Malermi). La más trascendente de las traducciones de la Biblia al alemán fue resultado del trabajo de Martín Lutero entre los años 1521 y 1534 (Biblia de Lutero). Entre las más importantes traducciones de la Biblia al inglés están la Biblia de los Obispos (1568), la Tyndale (1525-1536) y la King James (1611). La Reina-Valera (1565-1602) fue la más usada por los protestantes españoles.

Joanes Leizarraga tradujo el Nuevo Testamento al euskera en 1571. Algunos misioneros católicos españoles del siglo XVI tradujeron la Biblia a las lenguas americanas, como Bernardino de Sahagún, que lo hizo parcialmente en la lengua nahuatl; pero tal forma de evangelización fue prohibida por la Inquisición desde 1576.[3]

  1. Javier Caballero, La Biblia, el mayor «best seller» de la historia - Desde que Gutenberg la imprimió hace cinco siglos, ha vendido 6000 millones de ejemplares
  2. Aunque el Concilio de Trento no prohibía la traducción de la Biblia ni su lectura en lengua vulgar, sí que restringía ambas actividades, considerándolas problemáticas si no se realizaban bajo el criterio interpretativo de la jerarquía eclesiástica católica; y establecía la oficialidad de la Vulgata, otorgándola prioridad sobre cualquier otra versión. El Índice de Libros Prohibidos de 1564 establecía diez reglas generales, entre ellas la explícita prohibición de las traducciones hechas "por heresiarcas" (los líderes de la reforma protestante). Pedro Guibovich Pérez, Censura, libros e inquisición en el Perú colonial: 1570-1754, Universidad de Sevilla, 2003, ISBN 8400082095, pg. 53.
  3. F. Rodríguez Molinero y J. L. Vicente Castro, Bernardino de Sahagún, primer antropólogo en Nueva España, Universidad de Salamanca, 1986, ISBN 847481412X, 152.

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