Los vinos franceses corresponden a uno de los más antiguos cultivos de la vid, su origen encuentra sus fuentes en la época del Imperio romano. Se les considera parte fundamental de Gastronomía de Francia, y algunas marcas han logrado un reconocimiento mundial. Francia es la segunda región donde más viñas hay en hectáreas, después de España.
En el año 2004 se trataba aún de una economía esencialmente basada en explotaciones familiares. Durante mucho tiempo, la enología de Francia abarcaba a casi solo 450 nombres y unas decenas de millares de pueblos de pequeño tamaño, a pesar de su potencial fabuloso, se hizo poco esfuerzo en vender el vino, a excepción de los clubes elitistas de las "Grandes vendimias" (Grands crus) o de la "Champaña".