Yggdrasil (o Yggdrasill) es un fresno perenne: el árbol de la vida, o fresno del universo, en la mitología nórdica. Sus raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos: Helheim, Niflheim, Svartalfheim, Muspelheim, Jötunheim, Midgard, Alfheim, Vanaheim y Asgard. De su raíz emana la fuente que llena el pozo del conocimiento, custodiado por Mímir.
A los pies del árbol se encontraba el dios Heimdall que era el encargado de protegerlo de los ataques del dragón Níðhöggr y de una multitud de gusanos que trataban de corroer sus raíces y derrocar a los dioses a los que este representaba. Pero también contaba con la ayuda de las nornas que lo cuidaban regándolo con las aguas del pozo de Urd. Un puente sobre el Yggdrasil unía la morada de los dioses con la de los hombres: el Bifröst (el arcoíris), que los dioses cruzaban para salir del Asgard y entrar en el Midgard.
Yggdrasil rezuma miel y cobija a un águila sin nombre que entre sus ojos tiene un halcón que se llama Veðrfölnir, a una ardilla llamada Ratatösk, a un dragón llamado Níðhöggr y a cuatro ciervos, Dáinn, Dvalinn, Duneyrr y Duraþrór. Cerca de sus raíces habitan las nornas.[1]