En la ley islámica, la yizia, yizya o djiziya (en árabe: جزْية; en turco cizye; jizyah en su transcripción inglesa) o capitación es un impuesto per cápita que se impone a los hombres adultos y libres no musulmanes que no estuvieran enfermos, ni fueran mayores ni monjes,[1] conocidos como dhimmíes. Desde el punto de vista de los gobernantes musulmanes, la yizia era una prueba material de la aceptación de los no musulmanes de la sujeción/sumisión al Estado y sus leyes; a cambio, a los sujetos no musulmanes se les permite practicar su fe, para disfrutar de una medida de autonomía comunal, para tener derecho a la protección del Estado musulmán de la agresión exterior, y para la exención del servicio militar y del impuesto zakat que grava a los ciudadanos musulmanes.[2][3] En la práctica, a los dhimmíes no les estaba permitido hacer proselitismo religioso, y a veces estaba acompañado de otras exigencias, como el no caminar por el lado derecho de la calle, no montar a caballo, solo en mulas, etc. En Marruecos conllevaba el uso de chilabas de color negro, indumentaria impuesta inicialmente por los Almohades, en el siglo XII.[4]
La yizia se continuó aplicando en Persia y en muchos países del norte de África hasta el siglo XIX, pero casi desapareció para el siglo XX por la presión ejercida por los países occidentales. En el siglo XXI, es una ley considerada como contraria a la concepción secular contemporánea de los derechos civiles e igualdad ante la ley de los ciudadanos, sobre todo en los países en los que no se aplica la sharia. La Declaración de los Derechos Humanos en el Islam, firmada en El Cairo en 1990, si bien prohíbe la discriminación en base religiosa, en su artículo 24 y 25 establece que todos los derechos y libertades mencionados previamente se basarán en la sharia, la cual sí establece la legalidad de la yizia.[5]