Aquelarre

El Aquelarre, cuadro de Francisco Goya (Museo Lázaro Galdiano, Madrid). "El cuadro queda dominado por la figura de un gran buco bobalicón y cornudo, que bajo la luz de la luna avanza sus patas delanteras en gesto tranquilo y mirada ambigua para recibir de dos brujas la ofrenda de niños que tanto le agradan... Ello evoca la descripción recogida por Mongastón [del proceso de las Brujas de Zugarramurdi de 1610] que refiere cómo dos hermanas, María Presona y María Joanato, mataron a sus hijos "por dar contento al demonio" que recibió "agradecido" el ofrecimiento... También vemos a media docena de niños, varios de ellos ya chupados, esqueléticos y a otros colgados de un palo".[1]

El aquelarre o sabbat [2]​ es la forma genérica de denominar a la agrupación o reunión de brujas para la realización de rituales y hechizos, bien como creencia religiosa precristiana o neopagana, o bien aceptado en escritos cristianos como actos de invocación y adoración a Lucifer. Este término tiene su origen en la palabra vasca «akelarre» que significa "prado del macho cabrío". También se emplea ampliamente en las obras de ficción y fantasía para definir a los clanes o grupos brujescos que se juntan para efectuar ceremonias mágicas y encantamientos, tanto benévolos como maléficos.[3][4][5][6]

Tanto el diccionario de Espasa como el de Santillana, así como la enciclopedia Larousse, definen la palabra simplemente como una congregación de brujas y brujos,[7][8][9]​ mientras que el Diccionario de la lengua española acepta únicamente el término como reunión nocturna de brujas y brujos presidida por Satanás que generalmente se presenta en forma de macho cabrío,[10]​ acepción coincidente con la veneración diabólica aportada desde el cristianismo.[6]​ Si bien miles (?) de personas fueron ajusticiadas bajo la acusación de haber participado en estos encuentros luciferinos, solo han llegado hasta nosotros las actas acusatorias; no han sobrevivido pruebas de que estas reuniones realmente se hayan realizado. No obstante, y de seguir con la teoría que insiste en la veracidad de este tipo de sabbats o aquelarres, su época de apogeo parece haber tenido lugar entre fines de la Edad Media hasta el siglo XVIII.

A partir del siglo XIX, muchas brujas, médiums y sacerdotisas emplearon la palabra coven, para organizar sus encuentros en vez de aquelarre. Se suponía que la palabra coven era una palabra mágica que potenciaba las reuniones y protegía a sus miembros. Según grimorios de la época, esta palabra fue dada a las brujas por un ser mágico que se comunicaba con Sarah Stewart Watson. Luego, estos textos y libros de alta magia pasarían a manos de Gerald Gardner, quien fundaría la wicca en el siglo XX. Fueron seguidores de Gardner quienes volvieron a utilizarla, sacándola del olvido para exponerla como palabra clave de la wicca moderna.[cita requerida]

  1. Lisón Tolosana, 1992.
  2. «Definición rae». 
  3. Morris, Brian. Religión y antropología: Una introducción crítica. Akal. ISBN 9788446024644. 
  4. Centini, Massimo. Las brujas en el mundo: creencias populares, ritos y simbología, los grandes procesos.. De Vecchi. ISBN 9788431529116. 
  5. Ortiz, Alberto. EL AQUELARRE: MITO, LITERATURA Y MARAVILLA. EDICIONES OBLICUAS. ISBN 9788416118441. 
  6. a b Lisón Tolosana, 1992, p. 125.
  7. Diccionario básico Espasa. ISBN 97884-239-5900-6. 
  8. NUEVO DICCIONARIO BÁSICO DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Santillana. ISBN 9788429407471. 
  9. Nueva Enciclipedia Larousse. Planeta. 1980. ISBN 9788432042607. 
  10. «definición del drae». 

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